Revolución Tecnológica

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Se acabaron las pizarras y los pupitres tradicionales perfectamente colocados hacia el encerado. En el colegio de enseñanza concertada Santa María La Blanca de Madrid, las aulas están equipadas de pizarras digitales interactivas y los alumnos estudian en mesas grupales. El centro es pionero en España en tecnología adaptada a un modelo educativo personalizado para cada estudiante. Para ello, «desmontamos el sistema tradicional, huimos de la clase magistral y hacemos un seguimiento individual de cada alumno», explica Isabel Solana, directora del proyecto EBI (Educación Básica Interactiva).

En las aulas conviven a diario 1600 estudiantes de diferentes capacidades. Con el objetivo de facilitar esta enseñanza personalizada, el profesorado se sirve de la tecnología, que se ha convertido en la principal herramienta de trabajo en el colegio. Y es que a diferencia de la gran mayoría de centros educativos en España, Santa María La Blanca no cuenta con aulas de informática, sino que el colegio entero está informatizado. Los propios alumnos disponen de un ordenador portátil desde quinto de primaria, con el que pueden trabajar en todas las instalaciones del centro.

Asimismo, la implicación de las familias en el proyecto resulta fundamental. Su directora reconoce que, en un principio, los padres del alumnado se mostraron reacios hacia esta nueva metodología, por su desconocimiento sobre el modelo. Sin embargo, «tras explicarles que elaboraríamos un diagnóstico sobre las aptitudes de cada niño, entendieron que sus hijos iban a construir su propio conocimiento», explica Solana.

A través de una plataforma online, de fácil manejo para el estudiante, los alumnos se enfrentan a las tareas específicas de su curso escolar. Por un lado, encuentran las diseñadas expresamente para ellos a partir del diagnóstico previo, y por otro, las que tendrán que realizar trabajando en equipo. Además, una vez por semana, el alumno tendrá un encuentro con el profesor correspondiente a cada asignatura. En estas citas de seguimiento, el docente observará el progreso del estudiante y el alumno aprovechará para resolver sus dudas sobre los ejercicios planteados en cada tema.

Tal ha sido el éxito académico de este modelo, que en la actualidad la Administración trabaja conjuntamente con Santa María La Blanca para implantar este método en un colegio público y un instituto de la comunidad de Madrid. Pero la fama del proyecto no se queda ahí. EBI ha traspasado fronteras y tiene prevista su instauración en cinco nuevas escuelas en Seattle (Estados Unidos). Se trata de un revolucionario proyecto tanto desde el punto de vista metodológico como pedagógico, que según Solana, «busca sacar lo mejor de cada estudiante».

Como podemos observar, aquí tenemos un ejemplo claro del futuro de nuestra profesión, dando pie a un uso diario de las nuevas tecnologías para poder conseguir los objetivos que esta nueva sociedad demanda.
Desde mi punto de vista, el hecho de dar una educación individualizada para cada estudiante me parece una manera asombrosa de conseguir buenos resultados, ya que adaptas totalmente todo a la particularidad de cada niño, incidiendo en aquellos aspectos en lo que muestra carencias. En un principio podríamos pensar que dar una educación individualizada con tantos alumnos sonaría utópico, no obstante, las nuevas tecnologías hacen posible ésta nueva forma de concebir la educación que este colegio plantea, desde mi punto de vista, todo un acierto.

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